Cada domingo, siempre que el tiempo me lo permita, os obsequiaré con una reseña de algún film de animación que no ha de ser siempre japonés, porque no todo es oriente. Si bien, comenzaré con la última obra de Satoshi Kon

"Millenium Actress". Este autor es de sobras conocido por su ópera prima, "Perfect Blue", y por haber realizado una serie de 12 episodios llamada "Paranoia Agent". Siempre indaga en el aspecto psicológico de sus personajes ahondando en un turbio océano de imágenes que te atrapan desde el principio. Y eso hace en "Millenium Actress", a través del personaje principal, Chiyoko, nos adentra en el universo de la memoria, dando saltos temporales y creando elipsis exageradas que no menoscaban la narración, que no deja de ser fluida. Chiyoko posee una llave que simboliza todo lo contenido en sus recuerdos, un amor no alcanzado, no finalizado y por ello un amor eterno. En esta ocasión el director se aleja del thriller psicológico y se inmiscuye un poco más en lo carnal, en las pasiones de los humanos, al fin y al cabo lo que nos hace seguir adelante. En la llave de Chiyoko está el camino de su vida, aunque quizás nunca alcance a devolverla, es la perseverancia lo que la lleva a una vida plena, sin arrepentimientos.

Satoshi Kon repite en la dirección su idea de fantasía, su concepto de metalenguaje, el cine como ilusión y dentro del film la ilusión del cine, ya que Chiyoko es actriz, y en sus recuerdos se entremezclan su realidad y la realidad de las películas que rodó, formando un entretejido y paralelo juego de espejos donde la línea de lo real y la fantasía trazan un baile de máscaras. Los personajes ejecutan sus acciones siempre en la frontera de lo imaginario, algo así como una "Alicia en el país de las maravillas", de Lewis Carroll.

No puedo dejar de recomendar esta fabulosa película con un acabado técnico envidiable y una puesta en escena espectacular.