Un año sin Batman, sin Superman ni Wonder Woman. Tras Crisis Infinita y ante la ausencia de los héroes más poderosos del planeta, aquellos héroes que parecían olvidados, aquellos héroes que no buscaban protagonismo y todos aquellos que lo deseaban suben a la palestra en esta serie que da comienzo a una nueva andadura editorial en DC, que concluirá en Un año después, donde se mostrará la magnitud del evento.
Todas aquellas mitologías, todo aquel cosmos lleno de personajes, lleno de historias que apenas uno es capaz de seguir y sobre todo la numerología, pues 52 semanas tiene un año y esta nueva realidad durará esas 52 semanas, respetadas en la publicación española, porque uno debe respetar una serie aunque esta esté desprovista de Batman o Superman, aunque esté vacía de iconos, al leerla uno siente el complejo de Edipo sediento de placebo, interrogante ante la esfinge que dormita mientras avanzas en la lectura, a veces salvaje y rebosante de bizarra cosmogonía, ya que el universo puede ser redirigido hacia una nueva era, un nuevo horizonte, si bien todo queda perdido como en la biblioteca de Alejandría, y tal como un pequeño rompecabezas se ha de realizar un esfuerzo para resolver ciertas incertidumbres, si bien la recompensa es mayor que el fuego de Prometeo y no nos veremos anclados en un monte sufriendo castigo divino.