Siempre me ha gustado el ajedrez, por todo aquello que tiene de enigmático, por todo aquello que tiene de ritual. ¿Puede nadie transmitir lo que piensa a través de un juego? Se puede mostrar una gran gama de sentimientos sólo viendo a alguien jugar. Es así de sencillo. Simple. La voz puede venir desde muchos lugares, al través de muchos y diversos medios. Lo que no se puede es silenciar una voz, ni mucho menos desprestigiarla. Dejemos que lo poco del mundo que es sincero, siga siéndolo. Ya sé que para muchos ahora mismo soy poco más que un demiurgo, un sátrapa, un demagogo. Por ello ya me callo y dejo a otros que hablen por mí. Yo también tengo una voz. Sólo que no la puedo expresar con movimientos y cábalas de ajedrez.